La situación excepcional para el turismo de la provincia de Alicante, entre las montañas y el mar, proporciona a la ciudad un tipo especial de belleza. La ciudad, está impregnada con el sabor del mar, jugando su papel de gran puerto de mar, como siempre lo ha hecho.
Como Juan Gil-Albert, dijo, "Alicante mira ininterrumpidamente al Mediterráneo", o en las palabras de Gabriel Miró, "mi ciudad está traspasada de Mediterráneo". Otro escritor, Joan Fuster, escribe que Alicante "es, sin duda, la más amable de todas las ciudades valencianas, una ciudad que uno escogería para vivir si hubiese de cambiar su pueblo por una ciudad".
Este amor, cuidado y afecto hacia Alicante se debe a dos premisas, la primera de ellas es su ubicación privilegiada y la segunda, la suavidad de su clima, con una temperatura media anual de 18 ° C que hacen de las playas que hay en Alicante un paraíso natural.
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